Arquitectos
Carlos Labarta Aizpún
José Alfaro Lera
Alejandro Dean
Colaboradores
Enrique Morales
(Arq. Téc.)
Fotógrafo
Pedro Pegenaute
Situación
Zaragoza
Fin de obra
15/15/2016
Fabricante de ladrillo
Malpesa
El proyecto propone la ampliación de un colegio existente con un nuevo programa para educación infantil y residencia de profesores. En un entorno urbano dispersamente consolidado la propuesta se pliega a la alineación como testimonio de urbanidad. Hemos tratado de resolver la confluencia de las alineaciones de dos calles convergentes. La articulación geométrica de esta unión ha constituido una de las mayores dificultades formales del proyecto.
Las aulas infantiles se disponen linealmente, en la planta baja, y vuelcan sobre el espacio del patio interior garantizando la orientación sur. Esto permite una respuesta neutra sobre la avenida principal donde se localiza el acceso. El pabellón infantil se concibe, de este modo, como un basamento horizontal que se adapta a la alineación. Se ha tenido especial cuidado en el estudio de la sección de la clase y en el tratamiento de la luz natural. El esquema longitudinal de las clases encuentra su contrapunto vertical en la pieza cúbica destinada a residencia de profesores.
El material es entendido como garante de la unidad del proyecto. En continuidad con la tradición constructiva local la expresión del conjunto es confiada al ladrillo. La imagen del proyecto es el resultado de la meticulosa elaboración de diferentes trabajos con el material cerámico utilizado en las celosías. De alguna manera el proyecto revisita la tradición moderna dulcificada por la presencia del material. Las diferentes celosías adaptan su diseño dependiendo del programa al que sirven. El diálogo con el material ha permitido un variado gradiente de respuestas según las orientaciones de los muros. Hacia el interior del patio, en las fachadas de las aulas, se ha utilizado una cerámica vidriada incorporando con ella una vibración de color. Este esfuerzo de sinceridad material se extiende en el interior del edificio, particularmente en el pabellón infantil en el que la estructura horizontal de hormigón y bovedillas cerámicas quedan vistas. El material cerámico se vuelve a convertir en una referencia visual que unifica el conjunto.
Ha sido nuestro interés pasar inadvertidos y resolver cada una de las particularidades del proyecto desde el rigor y el oficio otorgando a la construcción el papel vertebrador que aprendimos de la mejor arquitectura. El proyecto se entiende como el mecanismo para construir un lugar desde la estricta resolución de un programa. La arquitectura se distancia de las referencias personales para incorporarse a una secuencia anónima construida desde la fidelidad al tiempo propio.